domingo, 28 de agosto de 2011

LA BALSA MUISCA: Símbolo de la transición en la APECOL (Asociación de Personal de la OPS en Colombia)

Genial fue sin duda la idea primigenia de algunos dirigentes de la Asociación de Personal de Colombia (APECOL) de despedir a los que se van con una balsa Muisca, pero muy meritorio también la persistencia de los que continuaron esta noble tradición, otorgando esta bella muestra de la cultura precolombina.

Ofrecemos no la artesanía, entregamos un símbolo de transición:

Es un adiós, pero también un hasta luego;
es un te vas físicamente, pero te quedas en el recuerdo;
es un nos dejas, pero nos llevas en tu pensamiento:
es terminar un ciclo, iniciando uno nuevo;
es un inicio, que a la vez es una continuación;
es un extrañas, pero te extrañan;
es un olvidas, pero recuerdas;
es un sentimiento de atenuación, que se acompaña de acentuación;
es un valoras lo que subestimabas y justiprecias lo que sobrevalorabas;
es un cambio y es persistencia;
es un aporto, pero recibo;
es un enriquezco mi espíritu a la vez que transmito mi presencia;
es un perdonar supuestas ofensas y un comprender lo hasta ahora incomprendido;
es un dudar de lo que creía y empezar a creer en lo que dudaba;
es reflexiono y reconsidero, sufro pero gozo;
enseño y aprendo;
continuo lo iniciado;
es nostalgia y esperanza;
morir y renacer;
trascender y revisar;
valorar y revalorar.

Todas estas dualidades de la transición y el cambio son posibles desde la perspectiva de la distancia.

Cuando en un futuro, en una vitrina o un estante veamos la balsa, o cuando respondamos a la pregunta de un curioso, familiar o amigo, digamos sin titubear:

¡Si yo estuve en Colombia !

Y aún soy parte de su gloria inmarcesible.


Dr. Humberto Jaime Alarid
Presidente de la APECOL
1995-1997




sábado, 6 de agosto de 2011

TEMAS INTERESANTES PARA BLOG: 8 Féminas belicosas

Ioannes Anglicus (LA PAPISA JUANA)



En sus dos milenios la Iglesia Católica acepta oficialmente la existencia de 265 papas, incluyendo a Benedicto XVI, todos del género masculino; sin embargo hay una historia o una leyenda desarrollada a lo largo de la edad media, dada por cierta por la propia iglesia hasta el siglo XVI, que asegura la presencia de una Papisa que como Papa llevó el nombre de Juan VII.

Según Martín de Opava, nuestro personaje nace cerca de Maguncia, en Ingelheim am Rhein, Alemania en 822, hija del monje inglés Gerbert que tenía como misión convertir sajones al cristianismo. Creció en un ambiente de religiosidad y erudición, instruida por su padre alcanzó tales conocimientos que admiraba a los más sabios doctores.

La pequeña Juana buscaba una buena educación, prohibida entonces a las mujeres, por lo que se hizo pasar por hombre con el nombre de Johannes Anglicus, incorporándose en un monasterio como copista, viajando frecuentemente lo que le permitió visitar Constantinopla, en donde conoció a la Emperatriz Teodora; Atenas, en la que fue brillante en diversas ramas del conocimiento, y el Reino de los Francos.

En 848 se traslada a Roma como docente en donde alcanzó la reputación de erudita, ejerciendo el magisterio con gran prestigio, lo que le permitió ser secretaria para los asuntos internacionales del papa León IV. Nobles, cardenales, sacerdotes, diáconos y frailes se honraban con su amistad, por la alta opinión que de ella tenían en Roma, a la muerte del pontífice se hizo elegir su sucesora.

Su pontificado se suele ubicar entre 855 y 857, después de la muerte de San León IV y en el momento en que oficialmente el Papa número 104 era Benedicto III, por lo que algunos se atreven a opinar que el propio Benedicto fue la mujer disfrazada.

Dos años después, fruto de su unión carnal con el embajador Lamberto de Sajonia, disimulaba un embarazo hasta que sufrió, en medio de una procesión, contracciones de parto, pariendo públicamente en una callejuela estrecha cerca de la basílica de San Clemente, en el trayecto de Vaticano a Letrán, por lo que fue lapidada por el gentío enfurecido, siendo papa durante dos años, siete meses y cuatro días.

La suplantación de Juana obligó a la iglesia a proceder a una verificación ritual de la virilidad de los papas electos.
Estas versiones se sostuvieron por muchos años hasta que en 1562 el monje agustino Onofrio Panvinio refuto dichas afirmaciones.





Catalina de Erauso Pérez de Galarraga “LA MONJA ALFÉREZ



Desorbitada donostiarra-de Donostia, San Sebastián en Euskera-que encarna un curiosísimo personaje de los primeros años del siglo XVII en la América Española, que se hizo famosa como hombre pendenciero y jugador. Todo, en él o ella es novelístico, pues además de saber leer y escribir, conocía latín y se hizo famoso como soldado de espada y cruz.

Nace como mujer en el año de 1585, en la villa de San Sebastián de Guipúzcoa, en el seno de una familia acomodada, hija del capitán don Miguel de Erauso y de doña María Pérez de Galarraga y Arce, naturales y vecinos de aquella villa, quienes la criaron en su casa hasta 1589.

A la corta edad de cuatro años, por rebelde, fue internada en el convento dominico de San Sebastián el Antiguo en donde es criada hasta los 15 años cuando una reyerta con una monja profesa la motivó a huir en 1600, siendo aún novicia; estuvo en varias poblaciones donde desempeñó oficios varoniles, oculta bajo el nombre de Francisco de Loyola.

En 1603 cuando se hacía llamar Antonio, por su espíritu revoltoso y aventurero, se enlistó en Sanlúcar de Barrameda, en un barco que partía para Perú en América, del que era capitán su tío Esteban Aguiño, quien no la reconoció por el disfraz de grumete y aparentar mayor edad. Al llegar a Panamá roba dinero, se emplea con un mercader de Trujillo, mata en duelo a un hombre por lo que huye a Lima donde trabajó de tendero.

Meses después se alistó como soldado en el ejército y en Chile lucha con extrema crueldad contra los mapuches sublevados, combatiendo a los indómitos araucanos; por su valentía gana el grado de alférez-oficial de menor rango-Estuvo tres años en Concepción, alojado en la casa de Miguel Erauso, secretario del Gobernador, quien así lo había solicitado al conocer su lugar de procedencia, sin embargo nunca reconoció en Antonio a su propia hermana.

Dio muerte en medio de una pendencia al Auditor General y como acto trágico, en una incursión nocturna, se enfrenta en duelo con un desconocido a quien mata, el cual resultó ser su hermano. Parte errante hacia Tucumán, donde también tuvo que escapar a la carrera por darles palabra de matrimonio a dos mujeres. Tres meses de camino lo llevan a Potosí-hoy Bolivia-donde fue ayudante de sargento mayor.

Después La Plata, Charcas, comerciando con trigo y ganado, y La paz, en medio de toda clase de bribonadas, que lleva a cabo con los nombres de Pedro de Orive y Alonso Díaz Ramírez de Guzmán. Lo condenan a muerte en La Paz por sus reyertas de gran calibre, huyendo a Cuzco, donde es malherido, en una de tantas riñas, la lesión es tan grave que pidió confesión, revelándole al sacerdote su condición de mujer. El secretario del Obispo le ayuda a trasladarse a Guamanga, Perú, en donde públicamente revela su identidad de mujer y su nombre real, al Obispo Fray Agustín de Carvajal, quien la hace examinar por dos matronas de su confianza, quienes no solo certifican el sexo de la monja sino su condición virginal.

Procede entonces el Obispo a instalarla en el Convento de Santa Clara con el hábito correspondiente; entre tanto, la noticia se propagó por la ciudad, cuyos habitantes no tardaron en llenar las calles adyacentes al convento, con la esperanza de conocer a tan extraordinario personaje.

El Arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero ordena su traslado de Guamanga a Lima, donde la monja es agasajada por el Virrey Francisco de Borja; viviendo dos años y medio en el Convento de la Santísima Trinidad, cruzando el Atlántico es sentido contrario, llegando a Cádiz España en 1624, no sin antes participar en otro lance de cuchillo, por rivalidades originadas en el juego. Ya en España escribe sus memorias, una autobiografía que al parecer le sirvió de catarsis y le hizo arrepentirse de su pasado sangriento.

A petición de la interesada, Felipe IV de Austria (o Habsburgo), rey de España le concede una pensión de ochocientos escudos de renta; Catalina/Antonio parte para Roma donde es recibida en Audiencia por el Papa Urbano VIII, quien le concede licencia para proseguir su vida en hábito de hombre, siempre y cuando no retomara las andadas de espadachín y pendenciero.
Fue larga y tranquila su vida en Europa, pero al no poder olvidar América, se embarca como hombre de paz, con rumbo a México en donde vive sus últimos años, dedicándose al transporte, con el nombre de Antonio de Erauso. Muere cristianamente el año de 1650, en el pueblo de Cotaxtla, actualmente Estado de Veracruz.




Parinya Kiatbusaba Charoenphol/Nong Thoom



Parinya Kiatbusaba Charoenphol es originario de la ruralidad del norte de Tailandia, de una comunidad pobre cercana a Chiang Mai, en donde nació en 1981. Desde niño este chico, según confesó, se sentía mujer, pero las condiciones del medio le imponían el rol masculino por lo que deambulaba buscando comida hasta que ingresó como monaguillo en un monasterio budista.

A los 11 años se vio obligado, para reafirmarse como varón, a practicar Muay Thay, el deporte nacional, que nosotros conocemos como kickboxing tailandés, cuya violencia supera a muchas disciplinas de contacto, pues incluye rodillazos, codazos y golpes prohibidos en occidente; este camino resulta la vía rápida, para algunos jóvenes, para salir de la extrema miseria.

Sometido a duro entrenamiento, fue progresivamente mejorando su condición de boxeador, sumando triunfos en provincia, hasta que a los 16 años logró llegar a Bangkok, la capital del país donde se enfrentaría con los mejores exponentes de tan rudo deporte, convirtiéndose finalmente en un acontecimiento nacional, con el nombre de Nong Thoom.

Dos hechos captaron la atención del público: su negativa a desnudarse al momento obligatorio de ser pesado, antes de iniciar la pelea y que subía al ring con labios pintados y una gruesa capa de maquillaje, lo que retaba abiertamente la masculinidad propia de este deporte, reservado exclusivamente a los hombres.

Pronto se convirtió en foco de atención de la prensa, el público lo adoraba y toleraba su transformación cada vez más acelerada y atrevida a mujer, como pelo más largo, ropa ajustada, sujetador y perfume de mujer, Algunos rivales rehusaban la humillación de enfrentarse a un oponente que parecía mujer, otros se burlaban y trataban inútilmente de escarmentarlo, pues eventualmente llegó a campeón de peso ligero, con 45 victorias-20 de ellas por KO-y sólo cinco derrotas.

Sus triunfos le permitieron reunir dinero suficiente para ayudar a su familia, de quien obtuvo apoyo incondicional para consultar a uno de los mejores médicos, quien lo intervino en 1999 terminando la existencia del pugilista de 59 kilos de peso y 1.72 m. de talla, dando vida a la delicada estrella de televisión, modelo y cantante.



El antiguo reino de Siam, es considerado el paraíso de cambio de sexo, incluso anualmente es la sede del concurso de Miss Universo para transexuales a los que conoce como kathoeys.





Hua Mulán 木蘭辭



El período en el que transcurre la historia de esta heroína milenaria es incierto, sin embargo se difundió con mayor fuerza desde el siglo VI a partir de la Oda a Mulán de Yue-fu.



Hua Mulán es originaria de Zhengzhou, pueblo situado en la planicie central de China, a orillas del río Amarillo, el sexto más largo del mundo y considerado por los chinos como cuna de su civilización.


Hija de Hua Hu, oficial de la reserva del ejército, quien la introdujo a la edad de diez años en el ejercicio de las artes marciales, la monta de caballo, tiro con arco y el manejo de espada y garrotes.


Invadidos desde el norte, el emperador convocó al ejército a una emergencia, estipulando que de cada hogar un hombre debía alistarse en el ejército para ir al campo de batalla; en el boletín de alistamiento se encontraba el nombre del oficial retirado ya con signos evidentes de vejez quien no estaba en condiciones de ir a la guerra ni tenía un hijo en edad de remplazarlo.


La legendaria Hua Mulan, ante la imposibilidad de que su padre acudiera al llamado de guerra del emperador, se disfrazó de hombre y logró valientemente sustituirle, marchando al frente, comenzando una vida de militar que se prolongó por diez años.


Regresó triunfante después de cientos de batallas grandes, durante todo el tiempo disimuló con éxito que en realidad era una mujer.



Padre y madre fueron a la entrada del pueblo a recibir a su hija que vestía arreos masculinos; al llegar a su casa su hermana mayor le facilitó vestidos y maquillaje, ella dejó a un lado el traje militar y se peinó al estilo tradicional, saliendo a visitar a sus compañeros de ejército los cuales quedaron muy sorprendidos y perplejos, por haber ignorado durante mucho tiempo que su compañero de armas era en verdad una mujer.



Sus grandiosas hazañas fueron reconocidas por el emperador y pasó a ser una heroína que inspiró poemas y óperas.